28 Nov
28Nov

Es innegable que el internet llegó a nuestra cotidianidad para revolucionarlo todo; desde la manera en la que nos comunicamos hasta el procedimiento para hacer trámites públicos y hasta para pagar nuestras facturas, hoy en día podemos decir que atrás han quedado esos tiempos de largas filas y aún más largos tiempos de espera. Esta misma vertiginosidad es la que ha invadido el espacio de la publicidad y la competencia entre los comerciantes por la atención del público al que dirigen sus productos, causando que sea esta la época en la que la publicidad, así como las tendencias, mute antes de que el público en general sea capaz de discernir entre lo que es publicidad o lo que no lo es.

Y es que justo ahora, a nivel general, los comercios de todas partes del mundo se han enfrentado a una nueva generación cuya atención está casi permanentemente volcada a los medios electrónicos y digitales, y es en estos donde han tenido que colocar todo tipo de publicidad para lograr posicionarse de una manera o de otra, y condenando a los que se resistan a este cambio generacional a quedar completamente relegados e incluso llegar a puntos donde la bancarrota se hace prácticamente inevitable como se pudo observar con el ya famosísimo caso de  Forever 21 en Estados Unidos. Y es que, tal como le pasó a la reconocidísima marca estadounidense, también le puede suceder a cualquier empresa que no le dé al posicionamiento en Google la debida importancia en lo que se refiere a sus estrategias de marketing 2.0.

Ahora más que nunca los usuarios han dejado de lado las opciones de compras físicas que incluso los establecimientos comerciales en Estados Unidos, e incluso en el propio territorio Europeo, han reportado una baja importante en la afluencia de clientes que frecuentan sus espacios. Los propios usuarios también han dado su punto de vista al respecto, recalcando no solo la conveniencia de los medios en línea en cuanto al ahorro de tiempo que hacen al no tener que ir a una tienda departamental a excavar entre montones de prendas para buscar algo que les guste ni tener que lidiar en muchos casos con una deficiente atención al público por parte de trabajadores subpagados de un establecimiento comercial, cuando en cambio pueden hacer todo desde casa, viendo directamente fotos de las prendas disponibles para decidir si les gustan o no, y poder comprarlas sin prácticamente ningún otro intermediario más que la persona que haga la entrega.

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