02 Feb
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Es extraño que los bancos otorguen préstamos a personas que no tienen una prueba de que están laborando. De hecho, incluso es difícil para los trabajadores autónomos conseguir la financiación porque las entidades bancarias no suelen reconocer los ingresos generados. Aún así, existen alternativas para conseguir dinero rápido en cualquiera de estas dos situaciones.

El motivo principal por el que a la banca tradicional le cuesta dar dinero a desempleados es la intensa morosidad. Como consecuencia, se endurecen constantemente sus requisitos para evitar que siquiera soliciten préstamos personas que no cumplen con un perfil ideal, independientemente de si este perfil es bastante difícil de alcanzar.

La ayuda económica llega

Obtener créditos altos es complicado para casi cualquier persona con ingresos regulares. Normalmente, se requiere de un historial crediticio por encima de la media y un trabajo asalariado bastante bien pagado. Por lo tanto, no es la mejor idea solicitarlos para una persona desempleada porque el rechazo de la solicitud empeora el historial crediticio.

Por otro lado, están los microcréditos rápidos, que son dados por entidades financieras diferentes a los bancos tradicionales. Las cifras suelen variar entre los 50 y los 1.000 euros, lo que se puede traducir en un alivio económico momentáneo para el desempleado. Suponen una pequeña inyección de dinero y de tranquilidad.

A pesar de que los montos no sean altos, son útiles para pagar facturas pendientes y evitar multas, deudas que podrían generar intereses mayores por impago y gastos que no se habían previsto. Sin embargo, también pueden ser utilizados de una manera que no sea salir de un inconveniente y llegar a fin de mes, lo que ha provocado un incremento de este tipo de financiación en España.

Una nueva aventura profesional

Estar en paro no exime a nadie de pagar todos los recibos, a pesar de que la liquidez no sea la misma y de que la situación económica general parezca empeorar cada día más. A mediano y largo plazo, el uso constante de cualquier tipo de financiación no va a ser productivo si no tiene un objetivo bien planteado.

Al final, los préstamos son una fuente de financiación por muy pequeños que puedan ser. Se trata de una buena oportunidad para conseguir el dinero suficiente para mejorar la situación financiera: empezar un pequeño emprendimiento, pagar un curso para desarrollar habilidades concretas, e incluso adquirir algún equipo necesario para empezar a trabajar.

Incluso si la situación económica del país y la individual parecen difíciles, existen maneras de afrontarla. Las entidades financieras alternativas a la banca tradicional dan herramientas que son útiles si tienes un plan de acción.

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